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El Director acaba de ver la películaEl Señor de las Moscas y le pareció fascinante. A continuación una reseña y opinión sobre el filme, aunque solo ahondaremos en pocos aspectos para quien decida ver o leer la novela, y si no la ha visto, recomendamos hacerlo antes de continuar leyendo esta entrada.
Precaución; contiene spoilers.
La película está basada en la novela homónima del británico William Golding y fue filmada en 1990, en Jamaica. Cuenta la aventura de unos chicos de una escuela militarizada que naufragan en una isla desierta (su avión cae al mar)…
Los chicos comienzan a organizarse (o desorganizarse, según se vea) y cada uno va realizando un rol específico, mismo que representa una analogía a la sociedad. Por un lado uno de los adolescentes simboliza la democracia; otro más a la dictadura; otro a la moral y a la inteligencia; uno más a Jesús o a la religión, y que incluso anuncia su propia muerte. El caos, como en las sociedades modernas, con tiranos o defensores de la democracia (que ahora están más que revueltos), así como la inteligencia o los países o sociedades que se agrupan a los más fuertes, se hace presente en la isla cuando se crean dos bandos (recordemos que cuando se escribió el libro iniciaba la Guerra Fría, e incluso cuando se filmó la película todavía existían resquicios de los dos bloques de países que dividían al mundo).
Una de las partes más emblemáticas es, a nuestro parecer, la creación de la fogata para mandar señales de humo para que los rescataran. Para los chicos náufragos era vital mantenerla encendida, aunque con el paso del tiempo poco a poco van perdiendo el interés.
Pero, justo al final, cuando el grupo que comanda el tirano intenta eliminar al único miembro vivo del grupo más inteligente o equilibrado y lo hacen mediante la quema de la selva (para obligarlo a salir de su escondite), el humo es más grande y por tanto más visible para los rescatistas. En el clímax de la película (y de la obra), justo cuando casi logran eliminar al único chico que no se adhirió con los tiranos, en la playa apareció un militar a cuyos pies cayó indefenso el adolescente. Ante la imagen, el chico comienza a llorar, mientras que sus enemigos llegan, con asombro, a la playa armados con lanzas y con pinturas de guerra en sus caras.
El General, ante la imagen que ve, solo se limita a decir: “What the hell are you doing”. Es decir: “Qué demonios están haciendo”.
Ahí termina la película.
Para nuestro Director, el humo de las fogatas simbolizan las oraciones a Dios para que venga a rescatarnos, Dios que solo acude hasta que el caos es terrible (el humo provocado por la guerra entre los adolescentes), y lo hace en la figura del General, quien no estaba enterado de las penas y desgracias que los chicos estaban padeciendo.
El Director no dijo nada; encendió una fogata.