Neurona contaminante
Como ya se habrá enterado, en Volkswagen (VAG) se pusieron tramposos con sus motores diesel (¿nomás en esos?) para poder pasar las estrictas pruebas de contaminación que las autoridades estadounidenses aplican a los automóviles que quieran circular en dicha nación.
La trampa funcionaba así: sus autos equipados con motores diesel circulaban contaminando desde veinte hasta setenta veces más de lo permitido, pero una vez que se les realizaban las pruebas, los coches detectaban que estaban siendo sometidos a una revisión, por lo que, mediante un programa, la cantidad de contaminantes emitidos disminuía a cifras ubicadas en el rango permitido. Una vez desconectados, los motores contaminaban más que una canción de Maná en un concierto de Jazz.
Lo curioso del asunto es que dicha estafa se descubrió por casualidad, ya que un grupo de ambientalistas trataban de demostrar que los coches alemanes contaminaban menos que los de Estados Unidos, pero, sorpresa, los del VAG echaban más humo que el vaquero de Marlboro. Y, nomás por fregar, ¿sabe usted dónde se hizo el anuncio? En las mismísimas tierras germánicas.
El asunto sigue dando y dará para más, ya que se espera una investigación no nomás en los autos de VAG, sino en los vehículos de todas las compañías.
Por lo pronto, y de inicio, VAG perdió en apenas un par de días la exorbitante cantidad de 29 mil millones de dólares solo en la bolsa de valores. Además se espera que el gobierno estadounidense le imponga una multa de 18 mil millones de dólares. Y la madriza sigue: en Alemania también se va a investigar el affaire, por lo que se esperan más multas. Y no sería extraño que otros países les sigan. Suiza ya empezó: prohibió la circulación de todos los coches afectados. ¿Y en México? pues las autoridades al parecer no vana hacer nada, como siempre, pero existe algo grave: un gran porcentaje de dichos motores salieron de la planta que VAG tiene en Puebla, así que las pérdidas serán millonarias, mismas que serán seguidas por una serie de recortes de personal.
«A ver, esos VAGadictos, ¿dónde están para defender que sus autos son los mejores del mundo?», dicen que se burló el Director, quien detesta todo lo que tenga que ver con Volkswagen, excepto Porsche. «Porsche no es VAG», dicen que no quiso aceptar lo que es.
El Regreso del Director 