Neurona deslumbrante
Para empezar, recordemos que nuestro querido Director es un fanático de los autos (y de los aviones, y de los edificios, y de la cocina, y de las tetas…). Pues resulta que en un blog especializado se encontró con una pregunta curiosa e intrigante: “¿Cuáles han sido las más ridículas luces pop-ups que haya tenido un coche?”.
¿Saben que hizo el Director? Se puso a pensar cuántos de sus vecinos tienen coches con luces pop-ups (para quien no lo sepa, estas son las que brotan “de la nada” en un auto: es decir, están escondidas cuando no están encendidas y salen de la carrocería una vez activadas). ¿Y cuál fue la respuesta?: ni uno solo. ¿Y, en cuadras a la redonda?: tal vez alguno, pero nada seguro.
Lo curioso es que los autos que poseen pop-ups se ven raros o poco agraciados, una vez activadas las luces (como en el Ferrari F40). Son pocos los que se salvan.Además, ¿son necesarias? Al parecer no; no al menos en la mayoría de los autos. Pudiera decirse que sí se necesitan en coches cuya aerodinámica lo requiere, como un superdeportivo, pero no más. Entonces, ¿por qué se las ponen los fabricantes? Porque se ven bien. Y para muestra un botón… muchos, pues:
Lo malo es que cada vez menos compañías de autos utilizan pop-ups en sus coches.
“Je, la secretaria trae las luces altas”, dicen que se rio el Director.