Neurona de karma
Habla el alter ego del Director:
Tal vez sea yo una de las pocas personas que aborrecen ver un partido de futbol y que al mismo tiempo le fascinen los resultados y las estadísticas que dichos cortejos arrojan. Así, jamás veré un partido de futbol completo, aunque me inviten todo pagado, pero sí estaré viendo las estadísticas y los resultados de partidos de distintas ligas, en especial la mexicana y en lo que se refiere al Mundial de Futbol.
Por otro lado, no creo ser la única persona a la que le agradan en cierta manera las desgracias ajenas; es más: creo que somos muchos, si no es que la mayoría de los seres humanos, los que disfrutamos de situaciones desventajosas por las que atraviesan distintas personas o instituciones en determinadas circunstancias.
Estas sabrosas desdichas casi siempre vienen acompañadas de un antecedente que, por lo regular, huele a prepotencia, a desvergüenza, a ego, a despilfarro, a arrogancia. Es decir que nos agradan las desgracias ajenas, pero este gusto no es de a gratis, sino que fue forjado por el protagonista en su pasado. Es por eso que nos da cierto gusto que algunos ex gobernadores estén en aprietos con la Ley; o que veamos extasiados cómo un delincuente sea baleado por un héroe anónimo tras haber asaltado a una persona; o, caso personal, cómo las disqueras estén al borde de la quiebra tras años de hacerse millonarios a costa de discos carísimos que yo, como miles, pagábamos debido a que no había otra forma de hacernos de música.
Habiendo dicho esto, me da risa la situación que aqueja a los dos únicos equipos de futbol de primera división en esta ciudad: el Guadalajara y el Atlas, ambos con sendos problemas en la tabla general y con peligro en el descenso. Como ya les dije, no soy muy futbolero, pero sí veo estadísticas y leo notas periodísticas al respecto, y por eso tengo una teoría sobre la penosa situación que padecen ambos equipos: ambos son víctimas de su arrogancia y codicia; más arrogancia en las Chivas de Vergara, mientras que la codicia abraza a los rojinegros.
Estas dos situaciones mantienen hoy a dichos equipos al filo de la liga de ascenso (aunque siempre me gustó más el mote de “segunda”), cosa que, créanme, disfruto.
Al final de la próxima temporada estaré, feliz, viendo, no los partidos, sino las estadísticas en los diarios donde los protagonistas del fondo de las tablas generales y de porcentajes sean las Chivas y el Atlas. Por cierto: estas situaciones entran fácilmente en la categoría Qué risa cuando les pasa.
… dicen que dijo el alter ego del Director.
«La de arriba también está bien sabrosa», dicen que dijo el Director.
Hoy soy bipolar, mañana no
La que también está sabrosa salió de Kandanglagu